Deby Treloar, conoce su trabajo

Para plantarnos en la mitad de la semana vamos a presentaros el trabajo de Deby Treloar fotógrafa freeland especializada en comida y en interiores y es que nos gusta la fotografía ¡pero más aún 
nos gusta la comida y el interiorismo!
Originaria de Zimbabwe, estudió arte y fotografía en su país natal para luego desarrollar su trabajo en Inglaterra. Ha trabajado para publicaciones como Elle Decor por todo el mundo y sus geniales fotografías forman partes de una treintena de libros como Decorate workshop de Holly Becker -por cierto libro que se encuentra en mis estanterías- o French Kitchen de Joanne Harris y Fran Warde. Aunque como en cualquier caso en el cual hablemos de fotografía la mejor forma de hablar de alguien es mostrar su trabajo.


By Sara

Spray paint, unos apliques para el baño

Viernes!! No puedo evitar repetirme cada viernes y decir ¡por fin es viernes! porque sin los viernes el resto de la semana no tendría razón de ser.
Una semana más cogemos la rutina volviendo a los viernes dedicados a la decoración.
Hoy os traigo un «antes y después», «DIY», «tutorial» o como lo queráis llamar.
En este caso se quería lavar la cara de un baño del año mari castaña con unos recursos muy limitados vamos que el presupuesto para ello era 10 mejor que 30. Estas fueron mis compras:

Cambiar los apliques iba a elevar bastante en presupuesto por lo que me decidí por aplicar spray. Como son de plástico compré una base de imprimación para aplicar antes del color final. La verdad es que el resultado es bastante aparente.
Colgado de una cuerda, es proceso es sencillo y rápido, basta con seguir las instrucciones del producto, spray arriba-abajo, izquierda-derecha, las capas que sean necesarias para cubrir.

Perdonad la calidad de la fotos, son un poco malas.
Como veis es un buen cambio, por supuesto que se podría hacer más, un poco de pintura para azulejos hubiera bastado, pero eso se pasaba en tiempo y dinero.

¡Qué paséis buen fin de semana! Os espero es martes con un nuevo post.

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By Sara

Feria Desembalaje Torrelavega

Por fin es viernes, primera semana de trabajo superada, que va, es un tópico, esto sólo se supera por lo menos en un mes.
Seguimos desgranando nuestras vacaciones.
El primer fin de semana de agosto se celebró en Torrelavega una nueva feria de Desembalaje, teniendo en cuenta que nos pillaba de camino y nuestro gusto por ese tipo de ferias allá que fuimos.
Con expositores de caso todas las comunidades, además de Francia e Inglaterra, la impresión fue muy buena.
Un edificio perfecto tanto por dentro y por fuera para una una exposición de este estilo, nos encontramos con una construcción de más de 100 años con la estética de las fábricas de la Revolución Industrial.

«Un edificio viejo para cosas viejas» todo muy vintage.

Como siempre salimos con los dientes largos, todas estas cosas están muy por encima de nuestro alcance y aunque hicimos alguna compra, una fruslería comparado con todo lo que hay allí.

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By Sara

Castilla rural

Ayer os comenté que hemos pasado las vacaciones en plan ocupa, suegros y padres alternativamente, y es que tiene sus ventajas que la familia viva fuera…-la única diría yo porque el resto del año se le echa de menos- pero en fin puedes pasar las vacaciones por poco dinero, con alojamiento en régimen de todo incluido y ¡hasta niñera! -qué abusones somos los hijos...-
Sólo hay que saber buscarle su encanto a los lugares que visitas, saber aprovechar bien el tiempo para desarrollar tus hobbies.
En el pueblín es lo que toca, hacer mis DIY y paseos por el campo. Todo lo demás depende desde el punto de vista que mires las cosas.

Claro que siempre hay algunos que trabajan más que otros

 Luego llegan los paseos de la tarde




 El tiempo este año ha hecho que la cosecha se haga un poco más tarde

También hay que descansar un poco después del paseo y admirar la arquitectura popular.
Hay que colaborar un poco, la huerta empieza ha dar sus frutos.
Hasta tenemos un día de fiesta.

No todo es pueblo, sacamos un poco de tiempo para el turismo.

Y no sería un perfecto día de verano en Castilla sin la tormenta amenazando sobre nuestras cabezas.

 Reservamos un hueco para la gastronomía, no os podeis imaginar la cara de tontos que se nos quedó cuando vimos esta tosta de Solomillo con queso de cabra.

 Y lo mejor de todo pasarse el día sin hacer nada contemplándose a una misma.


Y por último continuar el camino.

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By Sara

Cenamos en Cala Bandida

Bueno, ya estamos en septiembre, un año más, por si no os habéis dado cuenta ya tendréis el nuevo catálogo de Ikea en vuestros buzones, no, hoy no voy a hablar de este catálogo, ya lo han hecho otras compis blogeras y como bien he dicho la lo tenéis en vuestros buzones.
Es septiembre porque muchos de vuestros bolsillos se han vaciado con los libros del cole para los niños, yo ya estoy preparando el babi para el cole de Naia que empieza la semana que viene, ¡¡mi chica se hace grande!! 
Otros muchos habéis apagado hoy el despertador por primera vez en unos cuantos días.
Las vacaciones se han terminado y ahora nos toca soñar con los días pasados… no todo es el fin porque aún los días son largos y nos permiten disfrutar del buen tiempo en la medida que nuestras obligaciones nos dejen.
No puedo pasar por alto que muchos han empezado ayer sus vacaciones y que ahora están en la playita o en el campo disfrutando de sus merecidas vacaciones así que para los que las pasaron y para los que las gozan aquí tenéis un plan.
Voy a recordar las mías y a llevaros a Cala Bandida. Cuando leí el último número de la revista on line Singulares y vi que ese iba a ser uno de nuestros destinos vacacionales, durante nuestro periplo de ocupas, lo tuve claro, tengo que ir.
Hoy os traigo mi experiencia de este restaurante situado en el puerto de Jávea, un pueblo que por cierto merece la pena visitar.

La mejor opción para salir en Jávea es ya a media tarde-noche, con ciertas temperaturas donde mejor se está al mediodía es en casita, al fresco y con una buena siesta después de comer, así pues reservamos mesa para cenar. El restaurante está bastante solicitado, sobre todo si quieres cenar en la terraza, no dejes la reserva para la víspera cómo nosotros.
El día es cuestión hacía un viento de narices así que nuestros pelos volaban por la terraza que es bastante abierta.
Tiene una amplia carta que podéis consultar aquí, con muchos arroces para degustar, nosotros nos decantamos por varios platos para compartir.



Fritura variada de la bahía con salsa brava y crema de limón.

En su punto justo, la salsa brava diferente y sorprendente, la pena es que me pareció un poco escasa, era más un adorno que un acompañamiento.






Jamón de pata negra con tostadas de pan de pueblo con tomate. Rico, quizás un poco basto cortado para mi gusto.


Calamares de la lonja con rebozado casero, alioli cremoso y tartara de especias. Nos pasó lo mismo con el acompañamiento, hay una diferencia entre inundar los platos en salsa y que apenas puedes untar la puntita del calamar.


Hacía mucho que no comía una lubina tan buena y es que no tiene nada que ver una lubina de esas de ración que no saben a nada con una como esta, sacada de una pieza más grande.



Solomillo de ternera con salsa de boletus. El solomillo bien, la salsa….pues me da mucha rabia que llamen salsa de boletus si no los ha tenido cerca ni tan siquiera en la nevera y encima sabe avecren.

El postre… pues no lo vais a ver ya que a pesar de que nos sentamos a las 21.30, la tardanza del servicio hizo que nada más terminado el segundo plato a eso de las 23.30 saliésemos escopetados, ya que con una niña de 2 años, ya nos habíamos pasado un pelo de la hora.


En definitiva la calidad de la cocina es buena, ya que usan buen producto. No me gustó el orden de los platos, ¿pescadito, jamón, calamares?  El servicio estaba un poco descontrolado, nos atendió principalmente un chico que no sé si será algo así como el maitre pero desde luego si era el único que sabía atender una mesa en un restaurante. Nos tardaron un motón en tomar nota, trajeron el vino sin las copas y de los entrantes a los segundos esperamos un buen rato.

El sitio es super bonito con una decoración muy cuidada que me enamoró, con toques vintage y mezcla de colores. Tiene unas vistas inmejorables de toda la bahía, pero sumando todo esto los fallos hacen que no esté justificado el precio de los platos, tirando a carito, cinco platos para cuatro personas, unos 27€ por persona.

© Esta publicación es original de Tu Cajón Vintage Prohibida la copia total o parcial, sin citar y enlazar a la fuente original.

By Sara