Uff que sensación más rara al levantarme ayer todavía resacosa de comilonas, dulces y excesos varios. Mi primera parada, el peso, objeto abandonado -que no olvidado- durante el periodo navideño y que ha ganado 1/2 kilito -deben de ser la pilas-.
No sé si a todos nos pasa lo mismo, me refiero a lo de coger peso en Navidad, pero ahora me enfrento a mi mini-lista para las rebajas con una talla que no es la mía habitual….o sí, vete tú a saber porque lo mismo me encuentro ya en ese temido momento en la vida de una mujer en el que coge un kilo, pierde medio, coge un kilo, pierde medio…..y así van sumando los kilos año tras año….
Lo peor es que me puedo dar con un canto en los dientes, porque teniendo en cuenta que ha habido días que apenas me he movido del sofá… atrás quedaron imágenes como está, en plena Navidad, Montaña Palentina y de esta guisa.
Contaros, que, en general, no he hecho absolutamente nada, bueno si, ver llover, algún día he conseguido darle a la lija y al pincel, pero poco la verdad porque se me quedaban las manos insensibles del frío, ¡ni que decir tiene de conectarme a internet! Así pues me pondré poco a poco al día con vuestros trabajillos, que veo que además han sido muchos. Triste balance, así que corramos un estu….. velo.
Menos mal que esté domingo por fin nevó, lo justo para dar un paseo por una capa de 1cm de espesor que a las 2 de la tarde había desaparecido completamente.
A pesar de todo no hay nada más bonito que poder contemplar la Navidad a través de los ojos de un niño. Aunque para Naia esta ha sido la tercera Navidad, podemos decir que hasta ahora no era consciente de todo lo que le rodea a estas fechas, la forma en que canturrea ¡Navidadeees Navidadeees! cada vez que ve los adornos, las luces de la calle… el colofón han sido los reyes, que si los zapatos en el árbol, el turrón, el agua….saca los regalos.
En fin que viendo sus caritas de felicidad bien podíamos hacer unos reyes todas las semanas.
¿Por cierto que tal se han portado los vuestros?
Yo he debido ser muy buena porque hice una pequeña lista para que eligieran y ¡la han completado!
Y ahora os voy a deleitar con mi olvido del año, ¡los reyes de mi suegra! y casi a mitad de camino, le miro a José y le planto, ‘me he dejado los reyes de tu madre…’ claro está que no me dijo precisamente ‘¡no pasa nada cariño, se los das el año que viene!’ que desastre de cabeza la mía. Menos mal que lo pudimos subsanar parando en Santander a comprar otro. Pero ahí no terminó todo porque luego tuve que improvisar el regalo con un papel de esos que vienen de relleno en las cajas de Amazon, tipo kraft, y lana roja para hacer el lazo, menos mal que tenía una pegatina de esas chulas para poner el nombre.
Como siempre me dice mi madre.
EL QUE NO TIENE CABEZA, TIENE QUE TENER PIES.
